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Shirō Emiya perdió a su familia hace diez años en un enorme incendio que consumió gran parte de la ciudad de Shinto. Atrapado entre las llamas, se da por vencido y acepta su propia muerte, pero un enigmático hombre lo encuentra y lo ayuda. Este hombre, Kiritsugu Emiya, adopta a Shirō, y le revela su identidad como mago. Kiritsugu también le cuenta a Shirō su fallido intento en ser un "Héroe de la Justicia", un guardián de la humanidad que podría salvar cualquier vida. Por petición de Shirō, Kiritsugu intenta enseñarle magia, pero descubre que Shirō no tiene talento ni para la mayoría de hechizos fundamentales, por eso, después de la muerte de Kiritsugu, Shirō se encuentra terriblemente frustrado, sintiéndose incapaz de cumplir los designios de su padre con la justicia.

Staz, un vampiro otaku obsesionado con las tecnologías que crean los humanos, al que le encanta todo lo relacionado con la cultura japonesa (videojuegos, figuras, manga…), es el jefe de la zona oeste del infierno. El infierno está dividido en varios territorios, que son controlados por varios jefes. Como respeta tanto a los humanos (ya que producen las cosas que a él más le gustan), no soporta la idea de abandonar su territorio e ir a su mundo a chuparles la sangre. Un día, Fuyumi, una chica humana se pierde y sin saber cómo, llega al infierno. Se siente extraña y Staz le pide a los suyos que la lleven ante él. Por fin conocerá a una humana. Realmente no sabe cómo actuar ni qué decir. Tras una serie de sucesos algo negativos para ella, Staz decidirá ir al mundo humano y ayudarla.